martes, 17 de febrero de 2009

Con muy poquito...

Poco y nada mostró Boca, poco y nada necesitaba para ganar este partido para arrancar con el pie derecho la Libertadores.

No hay mucho para comentar, la verdad. La sensación fue que desde el minuto cero, tanto Boca como Cuenca jugaban sabiendo cual sería el resultado. Los ecuatorianos no buscaban, no jugaban, solo se preocupaban que el balón lo tenga Boca, pero sin crearles peligro. Y Así fue, por lo menos, todo el primer tiempo, donde el Xeneize encontró el gol en una jugada de tiro libre que no salió, un rebote que le quedó a Palacio, derechazo al ángulo y listo, nada más.
Solo quedó la espina del gol anulado a Martin por posición adelantada, que como mostró la TV no era, pero por una distancia confundible. Una pena que no se de hoy, pero habrá que esperar por lo menos un partido más para que Palermo sea el máximo goleador de boca en torneos oficiales.

 

Un breve repaso por los jugadores:

Abbondanzieri: Prácticamente sin trabajo a lo largo del partido, salvo un mano a mano que tapó, fundamental para la victoria.

Roncaglia: Una vez más perdido, al igual que Julio Cesar, se complicaron de más con la pelota y perdieron la marca cada vez que el Cuenca amagó a atacar a Boca.

Caceres: Lo ya comentado, perdido, impresiso, apurado… todo mal.

Ibarra: No marcó nunca, en todo el partido. Dio una mano en ataque, aunque sin peso. Pateó una vez al arco, que al igual que en la primera fecha del Clausura, salió altísima.

Morel: En el segundo tiempo, cuando los de Cuenca empezaron a jugar, cerró la gran mayoría correctamente.

Krupo: Entró a 10 del final por el lesionado Morel, nunca tuvo el espacio (necesita mucho), ni en tiempo (mucho más) para lanzar un buen centro. Casi hace de casualidad el segundo.

Battaglia: mayormente bien. Nunca se complicó, sin embargo se llevó la única amarilla de Boca por un faul innecesario.

Vargas: Lo de Fabian fue por un lado perfecto y por otro desastrozo. Robó todas las pelotas que peleó, perdió todas las pelotas que tocó. Demasiados malos pases, demasiados.

Mouche: Una vez más mostrando un poco más de actitud que el resto, de todas formas, sigue quedando en deuda.

Riquelme: Como Vargas, erró muchos pases, solo que los largos. Los cortos (todoa a un metro) a la perfección.

Gaitan: Jugó casi 30 minutos, casi no hizo nada (como el resto del equipo, ojo)

Palacio: El gol y poco más. Nunca pudo desbordar.

Viatri: Cuando bajó a juntarse con los del medio muy bien, cuando tiene que ir de punta le cuesta un poco más.

Palermo: Lo aplaudieron, le anularon un gol, le pegaron una patada, eso es todo.

 

En resumen: Lo importante era ganar, no importaba que sea por 4 goles de diferencia o este pálido 1 a 0. Es verdad que se pudo mostrar algo más… más juego, más actitud, más hambre; pero la realidad es que Boca encontró el gol rápido y a partir de ahí, como veía que el rival apenas se inmutaba, prácticamente hizo pasar los minutos y no mucho más.
Para tener en cuenta, cuando se juega contra un equipo tan, pero tan inferior, que lo único que le interesa es comerse la menor cantidad de goles posibles y dejar librado a la suerte o la ayuda divina las chances de hacer un gol, es tonto, diría yo, reclamarle algo más a Boca. Los defensores de Cuenca no marcaban, esperaban. Estaban esperando constantemente que los encaren, para ahí si reaccionar, correr, recuperar la pelota, rechazarla lo más lejos posible y a volver a esperar.
Boca manejó la pelota, creo yo, que el 75% del tiempo de partido, tocando de lado a lado y sin encontrar (ni buscar) algún hueco donde meterse.
En fin, poco se buscó, poco se encontró, pero alcanza. Había que ganar, se ganó, ya está.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno tu blog.
Espero que te pases x el mio:
www.Will-Smith-2009.blogspot.com.
Besos.